12.30.2006

El último del año

El 23 de enero de 1960 un par de norteamericanos tardaron poco más de cinco horas en llegar al punto más bajo del planeta, la Fosa de las Marianas en el Océano Pacífico. La profundidad, 11 . 521 m, 10 . 916 m ó 10 . 911 m, según distintas mediciones y etcéteras. Para la sorpresa de todos se encontraron con algunas formas de vida y, según los documentales del discovery, hicieron que la comunidad científica se planteara nuevas posibilidades sobre el origen de la vida, cosa que, desde luego, debió haber tenido algun impacto sobre toda la comunidad intelectual ¿Qué? ¿El origen de la vida en el abismo?

Sin embargo, porque siempre hay "sin embargos" en estos asuntos, si le preguntáramos al ciudadano de a pié qué versión preferiría entre 1) Ser producto de un evento cósmico tal como el choque de un asteroide o, 2) Que la vida haya surgido en las zonas más remotamente profundas y obscuras que este planeta tiene, probablemente su respuesta sería la cósmica. Dejaremos de lado, por razones de exntensión, al Tercero Excluso... Pero le dejaremos las mayúsculas.

Ciertamente sería difícil comenzar a difundir una especie de filosofía abismal, quizá podamos pensar en algunos cuya obra pareciera aproximarse al término, pero los que se me ocurren suelen quedar, segun mi parecer, incomprendidos por escribir precisamente desde el abismo y para el abismo. Tal vez, sólo si somos muy ligeros en cuanto a comprobaciones científicas, semejante obstáculo resultó expuesto por una reducción a lo irónico durante la expedición: Los tripulantes del Trieste, porque así se llamaba su batiscafo (que no era ni submarino ni amarillo), perdieron comunicación con la gente que permaneció en la superficie y no fue sino en virtud de una especie de bocina de voceador submarino (le han llamado sonar/hydrophone voice communications system) que recuperaron la habilidad de transmitir, sólo que el mensaje tardaba siete segundos en llegar al interlocutor en la superficie. Me imagino que tomaría el mismo tiempo en llegar un mensaje de la superficie al abismo, pero como sucede siempre, sólo contamos con la versión del que descendió. No hubo, en cambio, pronunciamento por parte de ninguno de los involucrados en la expedición sobre si el abismo miró en ellos o no.

Los muy azotados dirán que 5 horas para llegar al punto más bajo es demasiado tiempo, que un hombre cualquiera sólo necesita un par de segundos para alcanzar tal estado y que intentar transmitir un mensaje desde tal circunstancia es un asunto destinado al fracaso. Los más optimistas dirán que la humanidad tocó fondo entonces y que de ese momento en adelante sólo queda por delante el camino a "algo mejor". De ambos podemos al menos alcanzar el consenso que todos conocemos algo del fondo.

Cosa que me recuerda lo que un pariente dedicado a la construcción contaba de un maestro suyo quién solía tener una frase que ejemplificaba cuál era el valor del buen ingeniero. Para cruzar un abismo -su maestro decía- puede haber al menos dos formas, llenar el abismo y ponerle una carretera encima o construír un puente... sólo que llenar el abismo sería mala ingeniería. Será que los ingenieros son demasiado prácticos o sencillamente se rindieron ante el cinismo. Un hombre de fe siempre dirá que lo único que hace falta es brincar con los ojos cerrados.

No creo que ninguna expedición pueda ofrecerle a quien no la realice respuestas sobre si conviene o no llegar a tal profundidad, llenar o no los abismos porque no importa el costo, construir puentes sobre éllos, dar un salto sobre la fosa o no. Al final, están los que lo hacen y están los que no.

A quiénes me acompañaron, gracias.

P.S. Personal, por supuesto. Gran año, sencillamente y sin vacilaciones, gran año. No sabemos qué signifique pero: N.N.M.