2.03.2007

adendum

Si algo ha quedado claro es que mi tono ambiguo y verborréico ha logrado decir más claramente lo que no pude escribir. El tono, el sentido, el significado no lo enseñan en las clases de español junto con la conjugación. Por lo general el único recurso al alcance es la imitación hasta que uno desarrolla una voz y comienza a imitarse a sí mismo. No escribo con claridad, eso no es noticia, no escribo todo lo que pienso y, puede ser, que no piense todo lo que escribo.

Una palabra sonará distinto dependiendo de cómo se la pronuncie, sonará distinto también dependiendo de cómo se le escuche. Y esas trampas de nuestros queridos deconstructivistas parecen amenazarnos incluso desde su tumba posmoderna.

Nos vemos tentados a debatir otro de los temas más hablados Romanticismo contra Clacisismo. Pero esto de las dualidades no ha sido un tema que pueda exponer, tanto por mis limitaciones de talento como por mi escacéz de lenguaje y preparación. Quizá se pueda hablar de exploraciones y reconocer al mismo tiempo la humilde verdad, no se conoce bien el tema, sólo hay interés. En estas exploraciones hay días en los que uno se siente inclinado a creer que antes se prefería la lírica y el verso porque resolvían mejor el problema del tono y del sentido, incluso a cambio del costo de los símbolos y el signo. Habrá quien desdibuje la frontera entre las obras líricas y las prosaicas. Hoy sólo puedo decir que la lírica parece más emparentada con la música y he ahí la razón de este post.

Mi música. La llamo mía porque está en mi vida de forma ineludible. La llamo mía porque es una extraña mezcla entre necesidad y placer, como el aire, como el agua. La llamo mía porque despierta en mí, porque despierto en élla. La lista podría continuar pero arriesgo perderme de nuevo en contrasentidos y hacer aun menos claro lo que digo. Si tuviera el mínimo talento para componer lo haría, pero sólo me queda escucharla para saber qué sintoniza.

Hay entre mi música espacio para todo, para la ira, para las noches de insomnio, para los sueños, para mis suspiros, para los momentos en que toda mi vida parece un presente continuo, para cuando se detiene el tiempo, para lo que el tiempo no borrará jamás, para lo que quiero hacer y que el tiempo no borré jamás. ¿Mis canciones más escuchadas últimamente?

Clair de lune;
Cello Suite No. 1 in G Major, BWV 1007;
Air From 'Suite in D';
Die Ruinen von Athen;
Fantasia on a Theme by Thomas Tallis, for 2 string orchestras.

Les Pêcheurs de perles, Je crois entendre encore;
Tosca, Recondita armonia;
Turandot, Nessun dorma.

Theme de Camille, Georges Deleure;
Mad. Ave. Perfume Ad.; Charles Wilp;
Millions of Stars, Jean Michel Jarre.

Green is the colour, Pink Floyd;
A Pillow of Winds, Pink Floyd;
Us and Them + Any Colour You Like; Pink Floyd;
Shine On You Crazy Diamond, Pink Floyd;
Whish You Were Here; Pink Floyd;
Comfortably Numb, Pink Floyd;
Lost For Words, Pink Floyd;
American Baby, Dave Matthews Band;
Pig, Dave Matthews Band;
Two Step; Dave Matthews Band;
L'assaut des regards; Kyo;
Promise, Eve 6;
I Belong to you, L. Kravitz;
Thinking About You, Radiohead;
Tonight Tonight; Smashing Pumpkins;
All I Want Is You (2005 Live from Milan), U2;
Stay, U2;
Please, U2;
Miss Sarajevo, U2.

Pero existe otra razón, hay música que se siente tan propia precisamente por ser de alguien más de una forma que parece ya irreversible. De 2840 canciones, son éstas las que suenan más.

(...)

Se ha comprendido mal que el tiempo es una mentira, que todo acontece simultáneamente. Que el tiempo tiene vocación infinita mientras siga siendo infinitamente divisible en fracciones y fracciones de éstas.

Se ha comprendido mal que el tiempo sí pasa, que los días se suceden. Que no podemos escaparle ni a él ni al mundo.

Se ha comprendido mal.

Y no estoy de acuerdo.

2.02.2007

Una voz

Demasiado qué decir y sin ánimo o palabras para ello. Pareciera que la punta de mis dedos temiera el contacto con el teclado, pareciera que mis manos se avalanzaran hacia mi boca para taparla, para evitar cualquier ruido, cualquier gemido, cualquier eructo.

Permanecen ahogados los tormentosos aullidos del perro tanto como el canto y su éxtasis. No queda más que callar o caer, saltar o permanecer. Dobles causas, dobles sentidos, dobles casualidades, dobles sinsentidos.

Buscamos sentido aunque nos avergüence aceptarlo, ora tratamos de asir las palabras mientras las escogemos, ora tratamos dejarlas correr. Entre el mutismo producido por la extrema cautela al decir algo y el ruido de palabras que no dicen nada. He aquí el contrasentido, allá el silencio denuncia las palabras que no se dicen, acá el ruido anuncia el espantoso silencio del miedo que se quiere dejar de escuchar.

Aquí, en el límite de nuestras habilidades acuden los consejos de hombres que sólo pueden extender la mano y ofrecer la poca claridad que su vida les brinda. Unos dicen que el genio brillará más si se respeta el estilo, otros dicen que el genio brillará si se le da rienda suelta a su brío. Pero nadie se atreve a decir en voz alta que no hay nada más frágil que la superficie, que no importa si los atributos del sentido son de naturaleza distinta a las cualidades corporales porque se mezclan en una indescifrable cadena de causas y efectos, en un recorrido inútil de descripciones que no proveen certezas o en un monton de certezas que no proveen veracidad.

Quizá los individuos sean proposicniones analíticas infinitas en lo que expresan, pero finitas en su expresión clara, quizá seamos sólo una celebracíon constante a la estulticia, quizá no seamos capaces de querer lo mejor para nosotros, quizá sólo haga falta valor para romper costumbres, para renunciar a aquéllo que nos destruye y nos roba la primera mitad del día en reconstrucciones y la otra en batallas que siempre perdemos. Quizá entendimos mal que la vida había de ser una búsqueda porque no nos dijeron qué buscar. Al final del día sólo quedan las frases con doble filo, esas que nos levantan a alturas insospechadas o nos precipitan a los más profundos abismos, ora nos quita la venda de los ojos y nos lleva a la ruina de ver que realmente nunca estuvimos en la cima, ora la quita y nos hace saber que el vértigo que sentimos no es el de la caida, sino de una súbita elevación.


Agere sequitur esse.
To act follows to be.

Nadie será jamás lo que no ha hecho de sí mismo, nadie será algo distinto de lo que ha hecho de sí mismo.

Truth is truth
To the end of reckoning.

Measure for Measure. Act v. Sc. 1.